La política y, mejor dicho, el politiqueo, todo lo emponzoñan. Madrid y Castilla y León comparten, más que verse separadas por ella, una sierra que encierra tesoros naturales y humanos reconocidos por la generalidad. La rivalidad política de los gobiernos central y autonómico, con el inexplicable beneplácito de los ecologistas, están impidiendo que el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama salga adelante. Desde que en la década de 1920 comenzará el movimiento de reivindicación de un Parque Nacional en Guadarrama se han sucedido infinitas "casualidades" para su no declaración. El tiempo no perdona y en estos casi noventa años se han malogrado muchos parajes. La presión humana que ejerce Madrid es grande y el urbanismo devorador ha conquistado muchos hitos antes vírgenes, diezmando sobremanera la riqueza, sobre todo paisajística, de esta "nuestra sierra". Los ecologistas siempre han liderado los movimientos proteccionistas, presentándose como abanderados de la con
... madrid inteligente